¿Qué es un KPI y para qué sirven?

La incertidumbre es una mala compañía en el mundo de los negocios. Aunque la intuición está bien, sobre todo para aquellos que la tienen más desarrollada, dejárselo todo no es muy recomendable. Cuanto más basadas en datos estén las decisiones, menor es el riesgo de error.

Incluir KPIs en tu estrategia de negocio te permitirá conocer mucho mejor cuál es el grado de cumplimiento de tus objetivos, cuáles son tus fortalezas y dónde flaqueas y, con ello, tomar decisiones de una manera mucho más racional y segura.

Sigue leyendo para saber qué son, cómo puedes aplicarlos en tu empresa y las claves para fijarlos adecuadamente.

¿Qué son los KPIs?

KPI son las siglas de Key Performance Indicator, lo que se traduce como Indicador Clave de Rendimiento. Sirven para medir el grado de eficacia de una acción, es decir, en qué medida se cumplen los objetivos.

Al marcar un KPI se establece qué se mide, durante cuánto tiempo y qué dato se ha de alcanzar. De esta manera, podremos entender que tu acción está funcionando bien si se ajusta a ese número, muy bien si está por encima o mal si está por debajo.

¿Qué utilidad tienen en mi empresa?

Introducir KPIs en la estrategia de tu empresa te permitirá conocer de manera realista y certera la efectividad de cada una de las acciones que realices. Así, podrás priorizar aquellas más rentables y dejar de invertir en las que no lo son.

No medir el rendimiento de las acciones puede hacer que sigas gastando esfuerzos en cosas poco efectivas, ya que no tendrás un conocimiento real de si lo son o no.

Los KPIs permiten optimizar la estrategia de negocio.

SMART: la clave de un buen KPI

Un buen KPI debe seguir todas las siglas que marca el modelo SMART, es decir, ha de ser:

• Specific (específico): debe de referirse a algo muy concreto.
• Measurable (medible): tiene que poder cuantificarse.
• Achievable (alcanzable): debe ser ambicioso, pero posible.
• Relevant (relevante): ha de tratarse de una acción de valor para la empresa.
• Time-bound (acotado en el tiempo): tienes que marcar cuánto tiempo tardarás en alcanzar el objetivo.

Si tu KPI cumple todos estos criterios, contarás con una base sólida sobre la que construir una gran estrategia.

Algunos ejemplos de KPIs

Para ayudarte a entender mejor qué son los KPIs y su utilidad, te presentamos una serie de ejemplos muy comunes y que seguramente sean aplicables en tu empresa:

Captación de leads

Muchas empresas desarrollan acciones para conseguir captar leads, esto es, clientes potenciales. Incluir KPIs en esta parte te permitirá saber si tus acciones en las primeras fases del embudo de conversión están siendo efectivas o no.

Por tanto, un ejemplo de KPI de este tipo sería: captar, como mínimo, 5 leads antes del 31 de diciembre.

Tasa de conversión

La tasa de conversión hace referencia al porcentaje de usuarios que han finalizado una acción determinada, siendo una de las más comunes la finalización de una compra.

Sin embargo, podemos entender como “conversión” la realización de cualquier otra acción, como la apertura de un email o completar un cuestionario.

Si seguimos con el ejemplo de la compra, un KPI de tasa de conversión podría ser: El 10% o más de los usuarios que visiten nuestra web durante el fin de semana del Black Friday deben comprar.

Engagement

El engagement es una de las métricas más utilizadas en redes sociales y hace referencia al nivel de interacción del usuario con el contenido.

Un ejemplo en este caso podría ser: Llegar a una puntuación de 80 en nuestro engagement antes del 31 de mayo.

Esperamos que este post te haya ayudado a entender qué son los KPIs y su utilidad en tu empresa. No dudes en contactar con nosotros si tienes alguna duda, ¡estaremos encantados de ayudarte!